Renovar tu hogar siempre es emocionante y pocas cosas generan tanta satisfacción como darle una mano de pintura a las paredes. Más allá de embellecer los espacios, pintar ofrece la oportunidad de transformar ambientes, aportar luminosidad y proteger superficies contra humedad, desgaste o incluso hongos.
Sin embargo, antes de tomar brocha o rodillo en mano, es fundamental tomar decisiones informadas sobre el tipo de pintura a utilizar.
En el mercado existen distintas opciones: pinturas vinílicas, acrílicas o vinil-acrílicas, cada una con características técnicas que determinan su durabilidad, acabado y resistencia. Elegir correctamente permite que el esfuerzo y la inversión rindan a largo plazo:
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- Vinílica: ideal para interiores, de fácil limpieza.
- Acrílica: más resistente a la intemperie y al lavado.
- Vinil-acrílica: combina durabilidad y buena relación costo-beneficio.
¿Cómo clasifica la norma mexicana NMX-C-423-ONNCCE-2019 la pintura arquitectónica según su calidad y uso?
Las pinturas arquitectónicas, especialmente diseñadas para interiores y exteriores, cumplen una doble función: estética y protección. Según la norma mexicana NMX-C-423-ONNCCE-2019, estas pinturas se clasifican por categorías que van de AA a E, según su desempeño, cobertura y resistencia al lavado.
Así, mientras algunas son ideales para fachadas expuestas al clima, otras se adaptan mejor a muros interiores de menor tránsito.
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- Categoría AA o A: de mayor resistencia, recomendadas para fachadas o interiores de alto tránsito. Ofrecen excelente cobertura y durabilidad, aunque su costo es más alto.
- Categoría B o C: de uso doméstico común, ideales para muros interiores. Tienen buena cobertura con dos capas y precio accesible.
- Categoría D o E: de bajo costo y menor desempeño, recomendadas solo para proyectos temporales o decoraciones efímeras.
¿Cuáles son los pasos correctos para preparar superficies y lograr un pintado uniforme y duradero?
Lograr un acabado uniforme y duradero requiere algo más que pasar el rodillo. Acá los pasos básicos para una aplicación profesional:
- Preparar la superficie: asegúrate de que esté limpia, seca y libre de polvo, grasa o moho. Rellena grietas o agujeros con pasta y aplica sellador si la pared es porosa, como en tablarroca o yeso.
- Preparar la pintura: mezcla bien antes de usar. Si requiere diluirse, utiliza agua limpia (una parte de agua por cuatro de pintura como máximo) y haz una prueba antes de cubrir toda la superficie.
- Elegir las herramientas adecuadas: usa brochas de cerdas suaves, rodillo de felpa para paredes texturizadas o de espuma para superficies lisas. Protege el área con plástico y cinta adhesiva especial para pintar.
- Aplicar la pintura: extiende una primera capa uniforme, sin escurrimientos y deja secar al menos tres horas antes de aplicar la siguiente. Repite las capas necesarias hasta lograr un color parejo.
Evita pintar en días lluviosos o con mucho polvo si trabajas al aire libre. Además, revisa que la pintura esté dentro de su fecha de caducidad y si necesitas más producto, procura que sea del mismo lote para evitar variaciones de tono.
