La salida del influencer Omahi de La Granja VIP, el reality show de TV Azteca, desató una fuerte discusión en redes sociales sobre la autenticidad de sus millones de seguidores. Aunque el creador digital acumula más de 31 millones de seguidores en TikTok y 5.6 millones en Instagram, su eliminación del programa el pasado 2 de noviembre generó dudas entre internautas que aseguran que su “popularidad digital” no coincide con su nivel de reconocimiento fuera de internet.
Tras su expulsión, usuarios de redes sociales comenzaron a cuestionar la legitimidad de su audiencia, sugiriendo que una parte importante de sus seguidores serían cuentas bots, usuarios inactivos o perfiles comprados.
¿Por qué comenzaron las sospechas sobre los seguidores de Omahi?
El debate se originó después de que el influencer no lograra reunir suficientes votos del público para permanecer en el reality, algo que para muchos espectadores resultó contradictorio si realmente contaba con una audiencia tan masiva. Además, varios internautas aseguraron que, al revisar los comentarios de sus publicaciones, detectaron poca interacción en proporción al número total de seguidores de Instagram.
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Otros usuarios afirmaron que muchas de las cuentas que siguen a Omahi en TikTok e Instagram presentan patrones comunes de “seguidores falsos”: poca actividad, ausencia de foto de perfil, nombres automatizados o historial vacío. Aunque no existe evidencia oficial o análisis digital público que confirme el porcentaje real de seguidores activos del influencer, el tema abrió nuevamente la discusión sobre la compra de audiencia en la industria del marketing.
¿Qué es un seguidor falso y cómo se detecta en redes sociales?
Expertos en analítica digital definen como seguidores falsos a aquellos perfiles que no representan usuarios reales o que nunca interactúan con el contenido. Estos pueden ser bots programados para simular actividad, seguidores zombis (cuentas inactivas) o seguidores fantasma, que observan pero no dan likes, comentarios ni reproducciones.
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Existen herramientas de auditoría que permiten estimar la calidad de la audiencia de un influencer; sin embargo, ninguna es 100% precisa, ya que muchas redes sociales no revelan información interna. La compra de seguidores sigue siendo una práctica común en plataformas como Instagram, especialmente en perfiles que dependen de contratos con marcas, donde la cifra visible de audiencia puede influir en negociaciones comerciales.
¿Qué dijo Omahi sobre la acusación?
Hasta el momento, Omahi no ha respondido directamente al debate sobre sus seguidores, aunque sí se refirió a su presencia digital antes de salir del reality. En una entrevista post-eliminación, afirmó: “Mi imagen vale oro, vivo de las marcas”, frase que fue interpretada por algunos internautas como una confirmación de que su principal capital es su número de seguidores, independientemente de su impacto real.
El influencer, originario de Monterrey, se convirtió en uno de los participantes más comentados de La Granja VIP, no solo por sus conflictos dentro del reality, sino por lo que su salida reveló sobre la relación entre fama en redes y respaldo de audiencia en televisión abierta.
Por ahora, su presencia en redes continúa activa, y sigue publicando contenido humorístico, colaboraciones y campañas. Sin embargo, el caso reabrió una pregunta que afecta a todo el mundo del marketing digital: ¿vale más la cantidad de seguidores o la calidad de la comunidad real? Mientras tanto, La Granja VIP continúa generando conversación, y Omahi pasa a ser el tercer eliminado del programa.