La escena musical latina vive un momento de conmoción tras la desaparición y posterior hallazgo de los cuerpos de dos artistas colombianos en la Ciudad de México. Byron Sánchez, conocido como B-King, y Jorge Luis Herrera, alias Regio Clown, fueron reportados como desaparecidos el 16 de septiembre en la zona de Polanco.
Este incidente ha generado un revuelo en redes sociales, donde los fans y seguidores buscan respuestas sobre las circunstancias que rodearon su último viaje. La capital mexicana, un hub clave para carreras emergentes en la música, se convierte ahora en el epicentro de una investigación que involucra a autoridades locales.
El caso de la muerte de B-King y DJ Regio Clown
El caso ha trascendido fronteras, atrayendo atención de medios y comunidades en Colombia y México, donde la dupla planeaba consolidar su presencia artística. Inicialmente, circularon versiones erróneas sobre el lugar de los hechos, como una supuesta conexión con Sonora, lo que complicó la difusión de información precisa.
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Familiares y allegados han expresado su dolor en plataformas digitales, exigiendo celeridad en las pesquisas. Este suceso subraya los riesgos que enfrentan los músicos en sus giras internacionales, lejos de sus redes de apoyo habituales.
El perfil de Marcela Reyes, principal sospechosa
Marcela Reyes, autodenominada "La reina de la guaracha", es una DJ colombiana que ha alcanzado un notable éxito en la escena musical latina con más de tres millones de seguidores en Instagram y colaboraciones con varios artistas internacionales. Su carrera despegó gracias a presentaciones en escenarios globales, donde fusiona ritmos electrónicos con elementos tradicionales de la guaracha, un género originario de su país.
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Antes de los recientes eventos, Reyes disfrutaba de un momento de consolidación profesional, con proyectos que la posicionaban como una figura influyente en la música bailable. Sin embargo, su nombre ha resurgido en el contexto de la tragedia de B-King debido a su pasado romántico con el DJ fallecido.
La relación entre Reyes y Byron Sánchez, B-King, comenzó como una colaboración laboral en eventos y producciones musicales, pero evolucionó hacia un vínculo sentimental que capturó la atención de sus seguidores. Esta conexión trascendió los escenarios, con apariciones conjuntas que alimentaron rumores de una pareja consolidada en el mundo del entretenimiento.
No obstante, la ruptura llegó de forma abrupta, envuelta en especulaciones sobre infidelidades que nunca se confirmaron públicamente. La tensión post-separación escaló cuando Sánchez presentó una denuncia formal contra Reyes, alegando acoso y amenazas por parte de ella y su entorno cercano.
En ese documento, el artista dejó constancia de que, en caso de que le ocurriera algo, responsabilizaba directamente a su expareja, lo que ha avivado las sospechas en las redes.
Antecedentes de B-King y Regio Clown
Byron Sánchez, mejor conocido como B-King, era un DJ colombiano que formaba parte del equipo artístico de Herrera, con un enfoque en mezclas electrónicas que lo habían hecho popular en circuitos underground de su país. Su llegada a México representaba un hito en su trayectoria, ya que buscaba expandir su influencia en un mercado vibrante para la música latina.
Sánchez fue visto por última vez saliendo de un gimnasio en Polanco, un barrio exclusivo de la Ciudad de México, lo que añade un matiz cotidiano a la tragedia. Su compañero, Jorge Luis Herrera, alias Regio Clown, emergía como cantante romántico con colaboraciones locales que prometían un despegue internacional.
Ambos artistas viajaron a la capital mexicana con el objetivo de participar en un evento clave, vista como una plataforma esencial para lanzar carreras en América Latina. Herrera, en particular, ganaba notoriedad por su estilo emotivo y alianzas con productores emergentes, mientras que Sánchez aportaba la expertise técnica al dúo.
Su estancia debía ser un capítulo de oportunidades profesionales, pero culminó en un desenlace fatal que ha dejado en luto a sus comunidades. Las autoridades del Estado de México confirmaron el hallazgo de sus cuerpos en Cocotitlán el 17 de septiembre, y la identificación formal llegó el 22 de septiembre por parte de los familiares de Sánchez.
Acusaciones en redes y desarrollo de la investigación
En las redes sociales, el perfil de Marcela Reyes se ha convertido en un campo de batalla de opiniones, donde usuarios la señalan como principal sospechosa basados en la denuncia de B-King y su publicación inicial pidiendo ayuda para localizarlo. Comentarios como "Qué descaro y para disimular que no fue ella pone el cartel de desaparecido" o "En su mirada se le ve la maldad a esta mujer" reflejan la polarización entre fans leales y detractores furiosos.
Reyes, quien inicialmente solicitó apoyo público tras la desaparición, ahora enfrenta un diluvio de críticas que cuestionan su rol en el conflicto previo. Esta dinámica digital ha amplificado el caso, convirtiéndolo en un fenómeno viral que presiona a las autoridades por avances rápidos.
La Fiscalía de la Ciudad de México lidera la investigación, descartando versiones iniciales sobre Sonora y enfocándose en evidencias locales como cámaras de seguridad en Polanco. Expertos en criminología sugieren que las amenazas documentadas podrían ser un hilo conductor clave para reconstruir la línea temporal de los eventos.
Mientras tanto, el impacto en la comunidad artística latinoamericana es profundo, con llamados a mayor protección para músicos en gira. Reyes no ha emitido declaraciones formales más allá de su post inicial, lo que alimenta aún más las especulaciones en foros en línea.
Repercusiones del caso de B-King y Regio Clown
El caso de B-King y Regio Clown cierra un capítulo doloroso en la música latina, recordando la fragilidad de las trayectorias artísticas en entornos competitivos. Las acusaciones contra Marcela Reyes, aunque basadas en rumores y una denuncia no resuelta, subrayan cómo las rupturas personales pueden intersectar con tragedias mayores.
Familiares y fans exigen justicia, mientras la investigación avanza hacia posibles imputaciones formales. Este suceso invita a reflexionar sobre el acoso en el ámbito del entretenimiento y la necesidad de protocolos de seguridad para artistas migrantes.
En última instancia, la memoria de Sánchez y Herrera perdurará a través de su legado musical, que continúa resonando en playlists y recuerdos colectivos. La comunidad latina, unida en el duelo, espera que la verdad emerja para honrar a las víctimas y prevenir futuros incidentes similares. Mientras las redes hierven en debates.