Hablar de carreras humanísticas suele remitir de inmediato a disciplinas como Filosofía, Historia o Literatura. Sin embargo, el abanico de opciones es mucho más amplio, y algunas áreas, aunque fundamentales para la sociedad, no gozan de la misma popularidad en la elección de los estudiantes. Estas profesiones se centran en comprender al ser humano desde distintas perspectivas: su cultura, sus valores, su lenguaje y sus formas de relacionarse.
En un mundo donde las carreras técnicas y científicas parecen ocupar el centro de atención, resulta pertinente detenernos a observar aquellas opciones menos transitadas, pero igual de valiosas. El estudio de las humanidades no es un lujo, sino una herramienta práctica para entendernos mejor como sociedad y como individuos. Basta recordar textos como el manual de vida Epiceto, que a pesar de haber sido escrito hace siglos, sigue siendo guía para reflexionar sobre la ética y la conducta cotidiana. Lo mismo ocurre con la formación académica en áreas humanísticas: su vigencia se mantiene, aunque no siempre se reconozca con la misma fuerza que a otros campos.
Al hablar de estas disciplinas poco exploradas, también es interesante pensar en las herramientas modernas de aprendizaje. Cursos, programas y materiales como Empower A1, diseñados para fortalecer el dominio del idioma y la comunicación intercultural, demuestran cómo las humanidades dialogan con el presente. Al igual que el manual de vida Epiceto nos ofrece una perspectiva estoica de la existencia, las nuevas plataformas educativas ofrecen recursos prácticos para ampliar horizontes. Y justamente de eso se trata al elegir una carrera humanística: de cultivar una visión amplia, crítica y profundamente humana.
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¿Qué son las carreras humanísticas?
Antes de entrar en ejemplos concretos, conviene aclarar qué entendemos por carreras humanísticas. Estas son aquellas disciplinas que buscan comprender al ser humano en todas sus dimensiones: cultural, filosófica, lingüística, histórica y ética. A diferencia de las ciencias exactas, que se centran en resultados medibles y verificables, las humanidades ponen el foco en los significados, las interpretaciones y los valores.
Entre las más conocidas se encuentran Filosofía, Letras, Historia y Lingüística. Pero más allá de esas, existen ramas menos exploradas que también forman parte del corazón de las humanidades y que, al estudiarse, aportan perspectivas esenciales a la vida en comunidad.
1. Bibliotecología
Una de las carreras humanísticas menos estudiadas es la Bibliotecología. Su objetivo no es solo organizar libros, sino diseñar sistemas de información que permitan a la sociedad acceder al conocimiento de manera ordenada y eficiente. En un mundo digitalizado, la figura del bibliotecólogo se ha transformado: ya no se limita a gestionar bibliotecas físicas, también participa en la creación de catálogos digitales, archivos y repositorios académicos.
Aunque suena como una profesión de “nicho”, en realidad es vital para garantizar que el conocimiento esté disponible de forma accesible. La Bibliotecología combina el amor por los libros con habilidades tecnológicas, lo que la convierte en una opción moderna y necesaria.
2. Archivística
Emparentada con la Bibliotecología, la Archivística se centra en la gestión, conservación y clasificación de documentos históricos. Esta carrera es clave para la memoria de un país. Sin ella, la historia oficial, los registros legales o los testimonios de épocas pasadas se perderían.
Los archivistas no solo trabajan en instituciones gubernamentales o universidades, también pueden desempeñarse en empresas privadas que necesitan organizar grandes volúmenes de información. La Archivística demuestra que las humanidades no son solo teóricas: también cumplen un papel práctico en la organización del mundo actual.
3. Lingüística aplicada
Aunque la Lingüística es relativamente conocida, la Lingüística aplicada suele pasar desapercibida. Se trata del estudio del lenguaje en contextos específicos: la enseñanza de idiomas, la traducción, la comunicación intercultural o incluso el análisis del discurso en medios digitales.
En un país como México, donde conviven múltiples lenguas originarias junto al español, esta disciplina adquiere una relevancia particular. Además, en un entorno globalizado, el dominio de idiomas y la capacidad de interpretar contextos culturales son competencias cada vez más valoradas. Aquí entran en juego materiales modernos como Empower A1, diseñados para aprender inglés de forma contextualizada y práctica, que refuerzan la importancia de la Lingüística aplicada en la vida cotidiana.
4. Ética y filosofía práctica
La Filosofía en general es conocida, pero las ramas prácticas, como la ética aplicada, suelen quedar en segundo plano en los planes de estudio. Esta disciplina aborda problemas concretos de la vida diaria: desde los dilemas médicos en torno a la eutanasia hasta las discusiones sobre la privacidad digital o el impacto ambiental de ciertas industrias.
En este punto, obras clásicas como el manual de vida Epiceto recuperan su fuerza. A través del estoicismo, Epiceto invitaba a reflexionar sobre la conducta personal y la búsqueda de la virtud en medio de la adversidad. Hoy, la filosofía práctica cumple un rol similar: orientar nuestras decisiones éticas en un mundo lleno de incertidumbres.
5. Estudios culturales
Los estudios culturales son una carrera interdisciplinaria que examina la manera en que la cultura influye en la sociedad. Incluye el análisis de fenómenos como el cine, la música, la literatura popular, los videojuegos o las redes sociales. Aunque muchas veces se piensa que estos temas no requieren una carrera universitaria, lo cierto es que su abordaje académico permite entender mejor las transformaciones sociales.
Quienes estudian esta disciplina pueden desempeñarse en investigación, comunicación, políticas culturales o consultoría en industrias creativas. En un contexto global donde la cultura es también un motor económico, esta carrera humanística cobra un valor estratégico.
¿Por qué elegir una carrera humanística poco común?
Optar por una de estas carreras ofrece ventajas como menor saturación profesional, desarrollo de pensamiento crítico y habilidades de comunicación, además de aportar una visión reflexiva frente a los dilemas actuales.
Carreras humanísticas y su impacto social
Más allá del ámbito profesional, las carreras humanísticas contribuyen directamente al fortalecimiento de la sociedad. Los archivistas y bibliotecólogos aseguran la preservación de la memoria; los lingüistas fomentan la diversidad cultural; los filósofos aplicados ayudan a tomar decisiones éticas; y los estudios culturales nos permiten interpretar fenómenos globales.
Todas estas áreas, aunque poco estudiadas, son indispensables para construir un futuro más equilibrado y humano.
Humanidades en diálogo con la tecnología
Las humanidades se han adaptado al entorno digital: bibliotecólogos y archivistas trabajan con sistemas digitales, lingüistas apoyan proyectos de inteligencia artificial y los estudios culturales analizan fenómenos en línea, mostrando que estas disciplinas son actuales y prácticas.
Así como el manual de vida Epiceto nos recuerda que el valor está en vivir con virtud y sentido, estas disciplinas nos invitan a mirar más allá de lo evidente y comprender mejor nuestro entorno. Y al igual que materiales educativos contemporáneos como Empower A1, que facilitan el aprendizaje de idiomas, las humanidades continúan ofreciendo herramientas prácticas para construir un futuro más consciente y conectado.
En definitiva, estudiar una carrera humanística poco común no significa renunciar a las oportunidades laborales, sino abrirse a un campo de acción más amplio, con un impacto directo en la memoria, la cultura y la ética de nuestras comunidades.