Sabemos que la Ley 97 del IMSS es el régimen al que están sujetos los trabajadores que fueron dados de alta después del 1 de julio de 1997.
A diferencia del beneficioso régimen 1973, este régimen presenta desafíos considerables, especialmente en lo que respecta a las pensiones.
Actualmente, la expectativa crece ante la declaración del presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, de revisar el sistema general de pensiones al que pertenecen estos trabajadores.
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La revisión propuesta surge debido a las pensiones escasas que reciben los primeros jubilados bajo este régimen. En comparación con la Ley 73, los trabajadores bajo la Ley 97 deben cotizar más semanas y aún así aspiran a pensiones significativamente inferiores.
Esta diferencia se atribuye, en parte, a las limitadas aportaciones tanto del gobierno como de los patrones, así como a la escasa capacidad de ahorro de la mayoría de los mexicanos.
Las Afores, encargadas de administrar los fondos para el retiro, no han brindado rendimientos elevados, y las variaciones, agravadas por la pandemia, han generado minusvalías. Además, la Ley 97 no permite la doble pensión, una opción válida en generaciones anteriores que permitía cotizar simultáneamente con el IMSS e ISSSTE.
¿Cómo mejorar mi pensión bajo el régimen de la ley 97?
Para mejorar la pensión bajo la Ley 97, los trabajadores pueden tomar medidas concretas. Una opción es realizar aportaciones voluntarias a la Afore, lo que contribuirá a mejores rendimientos y, al ser de bajo riesgo, se beneficiarán del interés compuesto. Estas aportaciones pueden realizarse en momentos propicios, como al recibir ingresos extras, como aguinaldos o utilidades.
Otra acción es considerar la contratación de un Plan Personal de Retiro (PPR) con un banco. Aunque no es una opción económica, puede ofrecer una pensión más elevada y representa una inversión a largo plazo. La constancia en las aportaciones y el tiempo son esenciales para maximizar los beneficios de los PPR.
Es crucial cotizar una cantidad significativa de semanas, con mil semanas como mínimo, una cifra que probablemente se mantendrá como requisito mínimo en los años venideros. A pesar de las limitaciones, contar con una pensión del IMSS, por modesta que sea, garantiza no solo ingresos sino también atención médica vitalicia.
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Ante los desafíos de la Ley 97 del IMSS, los trabajadores tienen la capacidad de mejorar su perspectiva de jubilación tomando acciones proactivas, como las aportaciones voluntarias y la consideración de planes personales de retiro, asegurando así un futuro más sólido.