La modelo de la plataforma azul para adultos, Karely Ruiz, renació en el mundo del espectáculo con un nuevo escándalo. Ya que tras permanecer varias semanas con bajo perfil, nuevamente se ha convertido en el centro de atención tras la filtración de un supuesto video íntimo con un fan que se tatuó su rostro en el brazo.
Este incidente la llevó a convertirse en tendencia en redes sociales, con miles de publicaciones sobre el tema y con su nombre ocupando los titulares.
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A pesar de la controversia y los comentarios negativos que ha recibido en las redes sociales por este video, Karely ha reaccionado de manera inesperada ante la situación. A través de su cuenta de respaldo en Instagram, compartió que se encontraba en la Ciudad de México preparándose para una sesión de fotos y expresó que le encantaba ser el tema más comentado del día.
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Karely Ruiz ofrece dinero a quien se la tatué
Además de su respuesta a la atención mediática, Karely sorprendió al ofrecer un jugoso premio al próximo seguidor que decida tatuarse su cara. En una publicación en sus redes sociales, propuso regalar la impresionante suma de 200 mil pesos a quien decida plasmar su rostro en su piel, sin especificar la ubicación o el tamaño del tatuaje.
La modelo no solo ha sido elogiada por su valentía al enfrentar la situación con humor y determinación, sino que también ha generado un debate sobre la seguridad de las mujeres en las redes sociales y la forma en que son juzgadas por su sexualidad.
El incidente ha destacado la importancia de la privacidad y el consentimiento en las relaciones íntimas, así como el poder de las redes sociales para convertir a las personas en tendencia y darles visibilidad, tanto positiva como negativa.
A pesar de la polémica, Karely Ruiz ha demostrado una actitud positiva y decidida, enfrentando la situación con determinación y ofreciendo un premio que seguramente generará aún más atención en las redes sociales.
Su reacción ante la controversia muestra su capacidad para convertir una situación difícil en una oportunidad para destacar y tomar el control de su propia narrativa en medio de la atención mediática.