El pasado 22 de agosto, el volcán Sundhnúksgígar en la península de Reikjanes, Islandia, entró en erupción. Esta erupción es parte de una serie de episodios sísmicos que la región ha experimentado desde diciembre de 2023. El evento volcánico ha liberado una gran cantidad de lava y gases, entre ellos, una nube de dióxido de azufre que ha viajado hacia el sur de Europa, afectando principalmente a España.
Impacto en la calidad del aire
Las concentraciones más altas de dióxido de azufre se han registrado en regiones como Galicia, Asturias, y el País Vasco. Aunque la presencia de este gas puede causar irritación ocular y respiratoria, las autoridades aseguran que los niveles actuales no representan un riesgo significativo para la salud pública. Sin embargo, se recomienda a personas con problemas respiratorios que tomen precauciones adicionales.
Precauciones y recomendaciones
Los meteorólogos han advertido que la nube se mantendrá sobre la península hasta el lunes, cuando comenzará a disiparse. Se sugiere a la población, especialmente a aquellos con afecciones respiratorias, que limiten la exposición al aire libre y consideren el uso de mascarillas si experimentan molestias.
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Monitoreo continuo en Islandia
El volcán Sundhnúksgígar sigue siendo objeto de monitoreo cercano. Las autoridades islandesas no descartan la posibilidad de nuevas emisiones de gases en los próximos días, lo que podría prolongar el impacto en Europa. Esta situación subraya la importancia de estar preparados ante eventos volcánicos, especialmente en áreas susceptibles a recibir gases volcánicos.