Si sueñas con unas pestañas largas, densas y saludables de forma natural, es probable que ya hayas escuchado hablar de los aceites de ricino y de almendras. Ambos son remedios caseros muy populares, pero ¿cuál es el verdadero campeón para impulsar el crecimiento de tus pestañas?
Hoy te contamos cuáles son los beneficios de cada uno, las diferencias y te revelamos la opción más efectiva para lograr una mirada de infarto.
Aceite de ricino: El todopoderoso para el crecimiento
El aceite de ricino es, sin duda, el aceite estrella cuando se habla de crecimiento de pestañas, su principal poder reside en el ácido ricinoleico, un ácido graso que estimula la circulación sanguínea en los folículos pilosos. Al mejorar el flujo de nutrientes hacia la raíz, no solo promueve el crecimiento, sino que también fortalece cada pestaña.
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- Acelera el crecimiento: Su composición única nutre el folículo, impulsando el crecimiento de pestañas más largas y gruesas.
- Fortalece y espesa: Gracias a sus ácidos grasos y vitamina E, previene la rotura y hace que cada pestaña se vea más voluminosa.
- Propiedades hidratantes: Actúa como un acondicionador natural, aportando brillo y elasticidad.
Para usarlo, aplica una pequeña cantidad con un cepillo de máscara de pestañas limpio (o un hisopo) desde la raíz hasta las puntas antes de dormir.
Aceite de almendras: Nutrición y cuidado profundo
El aceite de almendras, por su parte, es reconocido por sus increíbles propiedades hidratantes y nutritivas. Si bien no contiene ácido ricinoleico, está cargado de vitaminas A y E, antioxidantes y ácidos grasos esenciales, su función principal no es tanto el crecimiento acelerado, sino el fortalecimiento y la prevención de la caída.
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- Protege contra daños: La vitamina E actúa como un escudo antioxidante, protegiendo las pestañas de factores externos.
- Fortalece la fibra capilar: Al nutrir profundamente, ayuda a que las pestañas sean más resistentes y luzcan más sanas.
- Excelente desmaquillante: También puede usarse para retirar el maquillaje suavemente sin irritar la delicada piel del contorno de ojos.
El aceite de almendras es ideal si tus pestañas están secas, quebradizas o si necesitas un extra de nutrición para mantenerlas sanas.
El veredicto final: ¿Cuál es la mejor opción?
Aunque el aceite de almendras es un gran aliado para el cuidado y la hidratación, el aceite de ricino es la mejor opción si tu objetivo principal es acelerar el crecimiento y aumentar la densidad de tus pestañas.
Sin embargo, no tienes que elegir solo uno, la mejor estrategia es combinarlos. Puedes aplicar el aceite de ricino para estimular el crecimiento y, si tus pestañas se sienten muy secas, complementar con aceite de almendras para una hidratación profunda.
Al ser un remedio natural, los resultados varían en cada persona. Escucha a tu cuerpo y, si experimentas alguna irritación, suspende su uso y consulta a un especialista. ¡Con la elección correcta y un poco de paciencia, pronto estarás luciendo unas pestañas de envidia!