La perseverancia es una habilidad esencial que supera al coeficiente intelectual como predictor del éxito en los niños. Esta cualidad, que les permite mantenerse motivados y superar adversidades, es fundamental para su crecimiento y bienestar a largo plazo. La doctora Michele Borba, psicóloga especializada en educación y crianza, resalta que la perseverancia es una habilidad blanda primordial que distingue a los niños altamente motivados de aquellos que se rinden fácilmente.
Borba afirma que la perseverancia influye en todos los aspectos del desarrollo de un niño, desde el rendimiento académico hasta las relaciones sociales y el bienestar emocional. Los niños que perseveran son más propensos a enfrentar y superar el estrés, resolver problemas de manera efectiva y seguir adelante a pesar de los obstáculos. Esta resiliencia es una característica fundamental que les permite adaptarse y recuperarse frente a las dificultades.
Para fomentar la perseverancia en los niños, es esencial combatir los factores que los desmotivan. Borba utiliza el acrónimo “FAIL” (fatiga, ansiedad, identidad basada en logros rápidos y expectativas irreales) para destacar los elementos clave que pueden afectar negativamente la perseverancia. Gestionar adecuadamente estos factores puede marcar una gran diferencia en la capacidad de los niños para mantenerse motivados.
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Estrategias para fomentar la perseverancia
Reflexionar junto a los hijos sobre momentos en los cuales superaron dificultades es una estrategia recomendada. Hablar de cómo aprendieron a caminar, andar en bicicleta, leer y escribir puede ayudarles a ver que en la vida todo es un proceso y que lograrán muchas metas porque ya lo hicieron antes. Ser un ejemplo de perseverancia es crucial: los niños aprenden este valor especialmente a partir del ejemplo de sus padres. Los padres deben ser congruentes, perseverar en sus labores y mostrar con hechos y palabras que vale la pena esforzarse por algo.
Motivar a los hijos a perseverar es también vital. Los padres son la principal fuente de inspiración y motivación de sus hijos. Apoyarlos y alentarlos a continuar, incluso cuando enfrentan dificultades, refuerza su confianza y autoestima. Si el niño siente el apoyo de su familia, tendrá más ánimos y seguridad al realizar sus tareas, lo que lo llevará a un círculo virtuoso de seguridad y confianza.
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Permitir que los hijos cometan errores y aprendan de ellos es otra recomendación importante. Es normal querer evitar que los hijos sufran o se hagan daño, pero deben cometer sus propios errores y aprender de ellos con orientación. Esto les enseñará que con dedicación y paciencia pueden realizar las cosas por sí mismos.
Fomentar la curiosidad también es clave. Un esfuerzo es más fácil de sostener cuando lo mueve el amor o el gusto por lo que hacemos. Los niños deben encontrar los motivos que los impulsan y los mantienen inspirados. Experimentar distintas situaciones les ayudará a encontrar su vocación y pasiones, lo que los mantendrá motivados para continuar aprendiendo y desarrollándose.
Finalmente, es importante premiar el esfuerzo. Esforzarse por un objetivo es valioso en sí mismo. Los elogios y el refuerzo positivo son mejores que los castigos, ya que ayudan a los niños a entender que sus actos tienen consecuencias y fomentan la responsabilidad.