CERVEZA

Las personas con estas enfermedades deben evitar el consumo de cerveza, advirten expertos

En un contexto de mayor interés por un estilo de vida saludable, es vital conocer los riesgos que el consumo de ciertas bebidas puede tener para quienes tienen problemas de salud.

En un contexto de mayor interés por un estilo de vida saludable, es vital conocer los riesgos que el consumo de ciertas bebidas puede tener para quienes tienen problemas de salud.
En un contexto de mayor interés por un estilo de vida saludable, es vital conocer los riesgos que el consumo de ciertas bebidas puede tener para quienes tienen problemas de salud. Créditos: canva- freepik IA
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Aunque la cerveza es una bebida común en reuniones y celebraciones, no siempre es inofensiva. Su consumo puede representar un riesgo para quienes padecen ciertas condiciones de salud.

Expertos advierten que, en algunos casos, incluso una pequeña cantidad podría agravar los síntomas o interferir con tratamientos. Quédate que te contamos todo lo que debes saber. 

¿Cómo se hace la cerveza? 

La cerveza se hace con agua, malta de cebada, lúpulo y levadura. Primero se extraen los azúcares de la malta en agua caliente y se hierve el mosto con lúpulo para darle sabor.

Luego se enfría y se fermenta con levadura, que transforma los azúcares en alcohol y gas. Después del reposo y filtrado, la cerveza está lista para embotellar y disfrutar.

¿Quiénes deben evitar el consumo de cerveza, según expertos?

Expertos advierten que personas con enfermedades como cirrosis, pancreatitis, diabetes o hipertensión deben evitar el consumo de cerveza. El alcohol puede empeorar estos cuadros e interferir con algunos medicamentos.

Incluso pequeñas cantidades pueden generar riesgos para quienes tienen estas afecciones. Es fundamental consultar con un médico antes de consumir alcohol si se padece alguna condición de salud.

¿Qué tan malo es el consumo de cerveza?

El consumo excesivo de cerveza puede ser perjudicial para la salud, ya que contribuye al aumento de peso, problemas hepáticos, enfermedades cardiovasculares y daños en el sistema nervioso. Además, el alcohol puede afectar la coordinación, el juicio y aumentar el riesgo de accidentes.

Sin embargo, un consumo moderado en personas sanas podría no ser dañino, aunque siempre es importante considerar factores individuales como la edad, el estado de salud y el uso de medicamentos. Es fundamental la moderación y la responsabilidad a la hora de beber.