El consumo de agua es esencial para mantener la salud renal, pero no todas las aguas son iguales. La elección correcta puede ayudar a prevenir problemas renales y mejorar la función de los riñones. En este artículo, analizamos diferentes tipos de aguas minerales y cuál es la mejor opción para cuidar de tus riñones.
¿Qué es el agua mineral?
La Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) explica que existen tres tipos principales de agua mineral en el mercado:
- Agua mineral natural: Rica en magnesio, calcio, potasio y hierro, proviene de manantiales y sus burbujas son naturales.
- Agua mineral natural gasificada: Agua mineral a la que se le añade gas carbónico, generalmente de origen volcánico, lo que le da un sabor ligeramente ácido.
- Agua mineralizada: Agua a la que se le agregan minerales para enriquecer sus propiedades, como calcio o magnesio.
La mejor agua para los riñones
Para mantener los riñones en buen estado, el agua simple es la opción más recomendada. Es la bebida sin calorías perfecta para calmar la sed y rehidratar el cuerpo. Además, ayuda a eliminar el sodio y las toxinas de los riñones, reduciendo el riesgo de enfermedad renal crónica.
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Sin embargo, para quienes buscan alternativas al agua simple, las aguas minerales sin aditivos son una opción viable. Es importante evitar aguas minerales con azúcar, edulcorantes artificiales o colorantes, ya que estos ingredientes pueden tener efectos adversos.
Por otro lado, el agua de mineralización muy débil, es recomendada para la prevención y tratamiento de enfermedades renales. Según estudios, su bajo contenido en sodio y minerales facilita la eliminación de desechos y evita la formación de cálculos renales.
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Además de beber agua adecuada, se recomienda llevar una alimentación saludable, hacer ejercicio regularmente, evitar el tabaco y el alcohol, dormir bien y mantener un peso saludable. Controlar enfermedades como diabetes, presión arterial alta o enfermedades cardíacas también es crucial para la salud renal.
Ahora ya sabes, la elección del agua correcta es fundamental para mantener la salud de los riñones. Optar por agua simple o de mineralización muy débil puede hacer una gran diferencia, ayudando a prevenir y tratar problemas renales de manera efectiva.